Pues si, después de años intentando conseguir una reserva en uno de los mejores restaurantes del mundo, justo el año que cierra ¡¡lo conseguimos!!. Nosotros pensábamos que iba a ser algo imposible y en noviembre, después de mandar el mail de petición de reserva, me confirman que el 15 de enero a las 20:15 tenemos una mesa esperándonos... aaaaaaaah! Aguanté hasta el día de reyes para darle la noticia a Hugo y hacerle ese gran regalo de reyes.
Así que ayer sábado cogimos un avión a Girona, nos fuimos a un hotelito a Roses y esperamos ansiosos a que diera la hora para salir.
Después de un viaje de unos 15 minutos por una carretera horrorosa llegamos, ahí estábamos plantados en la puerta de uno de nuestros sueños. Subimos las escalera y lo primero que vemos es un ventanal enorme donde se ve la cocina y a Adriá... brrr que nervios ¡pá dentro!
Nos preguntan si queremos ver la cocina, ¡¡¡como no vamos a querer!!! espectacular, casi tantos cocineros, ayudantes de cocina... como comensales, esa noche eramos 53. Conocimos a Ferran Adriá, unas palabras con el, unas fotitos y directos a la mesa. Tal vez yo me esperaba una decoración más moderna, mas minimalista; pero no, era una decoración sencilla, muy normalita, muy familiar. Nos explican que por delante tenemos unas cuantas horas de disfrute, 40 platos y muchas sorpresas.
David Seijas, el somelier (aviso a navegantes, aunque se apelliden igual, no es el primo de Hugo... podría a verlo sido y así nos invitaban a algo jejeje) nos aconseja sobre el vino, por que elegir en esa carta de vinos era realmente imposible. Vinos de todos los precios, de todos los países, de todos los olores... nos recomienda un Francés, Meursault Les Caillerets 2004, no somos super entendidos, pero ¡¡¡¡como estaba ese vino!!!
Como os hemos dicho, son 40 platos, entrantes, platos principales y dulces, todo en la misma propoción y casi todos con su foto, así que como una imagen vale más que mil palabras, empezamos con el reportaje:
- Empezamos con unas fresas de Campari y un Mojito Caipiriña caliente:
- Flauta de mojito y manzana. Podemos decir que es el que más nos sorprendió, había que comerlo a mordisquitos y el "pan" que no era pan, se deshacía en la boca y solo te quedaba el frescor del mojito... una pasada
- Almendra fizz con amarena y en el fondo empanadillas de alga nori.
- Chip de aceite de oliva. Una auténtica delicia
- Palet de hibiscus y cacahuete. Cuando lo mordias era crujiente y la salsa de cacahuete salía, mmmm
- Ravioli de pistacho. Obviamente nada que ver con unos raviolis de pasta, digamos que lo que sería la pasta era una película finísima y trasparente que al morderla explotaba una salsita de pistacho
- Porra de parmesano (no hay fotito)
- Primera versión de la tortilla de camarones, impresionante, como una especie de algodón salado, con camarones super crujientes y un polvito picante por encima. La segunda versión de la tortilla de camarones. Una especie de galleta con los camarones crudos encima. Completamente diferentes una de la otra.
- Sashimi de langostino (tampoco hay foto, lo devoramos)
- Langostinos dos cocciones. Primero había que comerse el jugo de la cabeza de la gamba, que está en la cucharita, y después cogías el langostino por las patitas, te comías la cola que estaba ligeramente cocida y después las patitas, que estaban super crujientes.
- Caña de azucar con jengibre y maría luisa. Esto no se comía, se chuperreteaba todo como la raiz de regaliz. Riquisimo
- Pechuquitas de codorniz con salsa de escabeche de zanahoria. Había que comerlas en orden, de arriba a abajo; cada una tenía una especia.
En este momento de la cena, nos traen este paquetito, nos advierten que no se come, son semillas de cardamomo tostadas, tenemos que jugar con ellas, y olerlas mientras comemos los siguientes platos
- Tordo con cuchara de jengibre. Primero nos teniamos que comer la carne, mientras hueles las semillas, y después el jengibre. Y después las patitas del tordo.
- Capuccino de caza
- Tartar de Tomate con escamas de hielo. Con mucho sabor y super fresquito
- Cerillas de Soja. Alucinantes, había que empezar por la cabecita dorada, cuando mordías descubrías que dentro estaba la soja. Una chulada. Y Tiramisú oriental, con un sabor a soja genial
- Crema de caviar con caviar de avellana, una auténtica delicia
- "Macaron" de parmesano. Parecía, antes de cogerlo, que iba a ser duro y crujiente... y era todo lo contrario esponjoso y muy blandito.
- Blini trufado... esto es la mayor de las maravillas que he probado en mi vida, el blini estaba relleno de un queso francés im-presionante.
- Angulas al vapor
- Almeja negra, con su jugo
- "ceviche" de lulo y molusco
- Gazpacho y ajoblaco. El gazpacho es la nieve del centro, y si, sabe a gazpacho
- Papillote de endivia con esferificación de aceite de oliva y salsa de nueces tiernas
- Ostra con becada. Y el segundo, becada con ostra y de tercero la cabecita de la becada
- Risotto de moras con jugo de caza
- Ravioli de liebre con su boloñesa, el ravioli explotaba y el sabor era a estofado de liebre super potente. El segundo eran Fresas calientes en consomé de liebre, un contraste total!
. Castañas Miméticas, solo una aclaración... no son castañas
- Ya empezamos con los postres. Esto es un terron de azúcar al te y lima... muy muy muy ácido, fue muy divertido comerlo.
- Coca de Vidre.
- Filipinos, cuando lo mordías, dentro estaba liquido y sabía a coco
- "Pets" de fresa y praliné... muy fresquito
- Y para terminar, junto con un café delicioso... esta pedazo de caja tooooooda de chocolate
Y por último os dejamos con la cara de felicidad que se nos quedó después de esta maravilla de cena. Fue divertida, deliciosa e impresionante.