Frittata de Calabacín y Jamón Serrano

   Hacía tiempo que teníamos ganas de probar una frittata, y como en uno de los libros de cocina que tenemos venía esta receta tan estupenda nos hemos lanzado al lío. Uno pica, el otro bate... ya sabéis, trabajo en equipo.

   Para los que no lo sepan la frittata es una especialidad Italiana, parecida a una tortilla y que admite multitud de ingredientes. Podríamos decir que es una tortilla "abierta", porque en el molde se añaden los ingredientes y por encima se añade el huevo. Si no lo habéis probado, lanzaros a hacerlo porque es de lo más fácil.

   Nosotros hemos usado moldes individuales, nos parecía más práctico y quedaba más chulo, pero si no en cualquier otro molde puede valer.

Para unas 6 porciones individuales

Media cebolla

1 loncha y media de jamón serrano

1 calabacin (medianito)

dos ramas de menta fresca

3 huevos

aceite de oliva

Queso gruyere rallado

sal y pimienta

   En primer lugar vamos a preparar por separado todos los ingredientes que vamos a utilizar: pelamos y picamos la cebolla muy fina; picamos también el jamón y reservamos. También lavamos los calabacines y los rallamos. Lavamos con agua fría la menta y la picamos. Por último batimos los huevos como si fuésemos ha hacer una tortilla.

   Calentamos una cucharada de aceite en una sartén y sofreímos la cebolla hasta que quede tierna y un poco dorada. Cuando esté lista añadimos el jamón y el calabacín y lo cocinamos unos 3 minutos. Salpimentamos.

   Precalentamos el horno a 180º. Untamos los moldes con un poco de aceite. Distribuimos la mezcla de las verduras y el jamón en los moldes. Espolvoreamos la menta picada.

   Por último vertemos los huevos batidos y el queso rallado. Lo metemos al horno 7 minutos y los servimos tibios.

   Si hacéis este plato no prescindáis de la menta, porque el puntazo que le da es impresionante. Y para los que tenéis peques como nosotros, a Iria le encantó, así que si queréis que prueben cosas nuevas intentadlo.