Buñuelos, con mucha tradición

   Ya pasado el Halloween, vamos a por las tradiciones más españolas. Y eso se traduce en dulces, dulces y dulces... Lo más típico en Madrid son los buñuelos de viento, así que nos hemos lanzado a la caza de la receta de tan ligero postre.

   Una vez en nuestro poder la receta, he decidido indagar en la historia de estas bolitas de masa. El la wikipedia he encontrado que Los judíos sefardíes laboran desde el siglo X para celebrar la Janucá unos bollos fritos con harina de trigo que denominan bimuelos. La introducción de estos bollos en la celebración de Todos los Santos es una modificación cristiana, por la cercanía con la Janucá judía. Posteriormente se hicieron muy famosos en Madrid, donde llegaron a ser tan populares como los churros.

   Al leer lo de los judíos sefardíes nos hemos ido directos a un libro de cocina sefardí que nos regalaron mis segros, y ahí estaba la historia de los Bumuelos de Hanuka. 

" Los buñuelos fritos en aceite son la especialidad de Hanuka de la judería sefardí. Así es como los sefardíes y otros judíos del area mediterranea celebran el milagro de la lámpara de aceite que tiene que ver con la historia de Hanuka [...]

Los buñuelos llevan levadura y algunos aderezos aromáticos. El más tradicional es el anís o el regaliz. En España y en Portugal, las semillas de anís o de hinojo se amasaban junto a la masa para aromatizarla, pero al establecerse los sefardíes en el imperio Otomano, el raki, el arak y el ouzo reemplazaron a las semillas. Los judíos romaniotes empleaban semillas de hinojo."

   Como veis, en poco han variado los buñuelos (si queréis la receta original de los judíos sefardíes no tenéis más que pedirla); en lo que si va cambiando es en la cantidad de rellenos que introducimos en las "burbujas" de aire que se forman en la masa al freírla.

   En esta ocasión yo las he rellenado de nata montada y de crema pastelera. Os voy a dejar la receta que he utilizado para la masa, de la revista Whole Kitchen, por que la receta de la crema pastelera es de mi madre y es tan deliciosa que es la única receta que me guardo para mi.

30 gr de mantequilla

3 huevos

300 ml de leche

25 ml de agua

120 gr de harina tamizada

piel de medio limón

una pizca de sal

un poco de estracto de vainilla

azúcar glass

   Calentamos la leche con el agua, la mantequilla, la sal, la vainilla y la corteza de limón. Lo dejamos 15 min, sin que hierva, la retiramos del fuego y le quitamos la cáscara de limón.

   La volvemos a poner al fuego, un poco más fuerte, y cuando rompa a hervir retiramos de nuevo y echamos de golpe toda la harina y movemos enérgicamente con una cuchara de madera. Lo ponemos de nuevo a fuego suave unos minutos, hasta que la masa se despegue de las paredes.

   Pasamos la masa a un bol y vamos añadiendo de uno a uno los huevos, y movemos hasta que se incorporen bien a la masa y esta sea homogénea.

   Calentamos el aceite, pero que no esté muy fuerte por que sino se harían por fuera y por dentro quedarían crudos. Y con ayuda de dos cucharitas pequeñas vamos añadiendo a poquitos la masa. Veréis que se inflan y se dan la vuelta solas. Cuando estén dorados lo sacamos a un papel absorbente.

   Una vez fríos ya los podemos rellenar y servir con azúcar glass por encima.

   Espero que os haya gustado la entrada de hoy porque hemos disfrutado mucho buscado la historia de estos buñuelos. Y os volvemos a recordar que os podéis apuntar al taller de Dulces Navideños, donde pasaremos una tarde de los más divertida